Conseguir una lluvia de «me gusta» (likes), una avalancha de comentarios, una cantidad ingente de retuits o un incremento sustancial del tráfico en tu página web no sólo es posible desde hace tiempo si no que, además, es un negocio en pleno crecimiento. Basta con que descargues cualquier aplicación que te garantice un perfil estelar y tus datos viajarán a una de las múltiples ‘click farms’, las granjas especializadas en engordar la vanidad de empresas, marcas y personas.
«A mediados del año pasado, la policía tailandesa confiscó a tres ciudadanos chinos, 476 teléfonos móviles y cerca de 347.000 tarjetas SIM en un local cercano a Bangkok. En esta granja hinchaban las reacciones en perfiles sociales manipulando teléfonos inteligentes con la creación de perfiles falsos en las redes sociales. Las tarjetas SIM –asociadas a un número de teléfono- permiten verificar usuarios y cuentas a través de mensajes de texto que utilizan grandes empresas, como Facebook o Twitter, para corroborar la autenticidad de perfiles electrónicos.
Las imagen de cientos de móviles conectados a internet y cuidadosamente colgados en estanterías son impactantes. Unos móviles que han sido modificados para que abran, por ejemplo, Google Play, descarguen una aplicación y dejen una reseña positiva al cliente que la ha contratado. La operativa funciona de esta manera.
Cantidad por delante de la calidad. Son los falsos ‘influencers’. Un gancho al que sucumben muchos, incluidas algunas grandes marcas, sin que les importe el fraude que están cometiendo y el peligro que corren en facilitar sus datos.